Antiguamente, se usaba el arte de persuadir, se trataba de debatir y convencer a
otros de la validez de un hecho o de un punto de vista, así como el arte de embellecer
el habla, mediante figuras creativas, esto eran los objetos retóricos.
En estos principios retóricos se entiende también cómo Saber hablar en público,
esto es la tarea de una persona que se presenta
y utiliza el lenguaje ante otros individuos con un fin determinado.
Los recursos retóricos son habilidades de argumentación que se manifiestan
de modo más o menos conscientes en cualquier acto de hablar, ya que se dirige hacia
una persona con un fin que ha de negociarse. Por tanto, la argumentación y la retórica
están siempre presentes en un discurso.
La función persuasiva es motor fundamental de quien habla. Saber hablar
es ser cada vez más consiente de la existencia de los mecanismos y tácticas lingüísticas
de persuasión, saber hablar bien es llegar a adquirir esas habilidades
argumentativas y ponerlas en práctica.
Saber hablar es ser capaz de enfrentarse verbal y extra verbalmente. Saber
hablar prepara y ejecutar los discursos ante cualquier oyente o grupo de
oyentes con los que se pretende inter actuar.
Saber hablar no es solo llegar a articular sonidos más o menos coherente. Toda persona adquiere primero lenguaje (gracias al
contacto con los individuos) y aprende después, es decir, llega a
producirlo cuando se hace entender y
entiende lo que los otros miembros de
esa comunidad lingüística expresan. La adquisición ha de ir acompañada de un
aprendizaje a través de la educación del habla. Luego, el saber comunicarse es
proporcional al grado de aprendizaje de técnicas específicas para hablar en público,
o también al hábito personal, es decir a la lectura y escritura.
Las técnicas para desarrollar correcta y adecuadamente cualquier actividad se aprende, también la comunicativa.
Saber hablar es una actividad natural, además de una cualidad intrínseca,
esencial y común al ser humano, pero hacerlo bien requiere de la educación del
habla, se moldea mediante procesos de aprendizaje de técnicas diferentes y
luego se llegará a ser un buen hablante.
Hoy más que nunca hablar bien es una necesidad. Desde las universidades
se comienzan a potenciar los cursos de retórica y oratoria, de mediación lingüística.
La palabra es el argumento más eficaz para el logro de cualquier meta, claro
que mal empleada, es un arma que se devuelve rápidamente en contra.
osi osi
ResponderEliminar