Conocer quienes son nuestros oyentes o interlocutores, los
participantes de una interacción, sus rasgos de edad, nivel sociocultural,
sexo, modo de vida, sus expectativas y la atención a sus reacciones son
aspectos primordiales a la adecuación discursiva.
Escuchar es una palabra clave del saber habar, pero no hay mejor orador
que el que sabe prestar atención al otro.
Para un discurso, se tendrá que usar diversos recursos para poder captar la
atención de todos sus oyentes; para ello, aparte del contenido de lo expuesto, se
recomienda , variar el tono del expositor, contar una anécdota, de un elemento de humor, buscando
sorprender y motivar a publico. Las reacciones de ellos, son el mejor indicador
de si estos elementos funcionan o no.
Así mismo, las características de los oyentes determinan también un
estilo discursivo y comunicativo.
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